viernes, 2 de noviembre de 2007

¿Sustituirá Linux algún día a los sistemas operativos de Microsoft?

Como usuario de ambos sistemas operativos desde los antiguos MS-DOS 6 + Windows 3.1 y Caldera Openlinux (y ya ha llovido algo desde entonces) he venido siguiendo las vidas "paralelas" de ambas arquitecturas durante todos estos años, que ya superan la decena.

Periódicamente vienen apareciendo una serie de artículos tanto en la blogosfera como en la prensa más tradicional afirmando que el año que empieza va a ser el año de GNU/Linux, para acabar cerrando el curso diciendo que GNU/Linux no ha derrotado a Microsoft. Es un hecho: cómprese una revista de "informática" de los meses de enero a marzo y otra de los meses de ocubre a diciembre.

Pues ni tanto, ni tan calvo. Es evidente que las mejoras realizadas al sistema operativo del pingüino (léase esto como las distintas distribuciones existentes sobre el kernel Linux) han ido incrementándose espectacularmente, así como su amigabilidad, usabilidad, facilidad de instalación, soporte de periféricos y otras características que anteriormente se le criticaban. Así mismo, el software que corre sobre sus servicios cada vez es mejor, sobre todo en el campo de la ofimática y la navegación web, quedando los juegos relegados a un segundo plano debido sobre todo al abandono de OpenGL como plataforma de desarrollo. La filosofía de "entregar pronto, entregar continuamente", es decir, la liberación de sucesivas versiones del software con pequeños cambios incrementales sobre lo existente manteniendo la retrocompatibilidad ha demostrado que en macrocomunidades de desarrolladores es perfectamente viable. Un ejemplo de esto lo tenemos en Ubuntu, la distribución Linux más de moda. Ubuntu entrega una versión nueva de su distribución cada 6 meses. Sin embargo permite su mantenimiento y parcheado de errores con pequeñas actualizaciones casi diarias, conforme se van descubriendo los errores. Y en ocasiones estas "actualizaciones" no sólo cubren errores del software, sino que aportan nuevas funcionalidades al entorno.

Mientras tanto, Microsoft ha ido presentando versiones de sus sistemas operativos de una forma bastante irregular en el tiempo, con retrasos y versiones de dudosa calidad, como el fracasado Windows Millenium Edition. Eso sí, estos productos han sido admirablemente bien publicitados. Salvando a Windows 2000, que desde el principio se mostró como un sistema bastante sólido y funcional para los baremos que había fijado la empresa anteriormente, y a su sucesor Windows XP, al cual le costó bastante despegar al principio dada la estabilidad que su predecesor había conseguido y otros motivos más, nunca antes, con la presentación de Vista, Microsoft estaba dando tanta cancha a la competencia para ganarle terreno.

No es que Vista sea un mal producto, ni que aporte características al usuario que realmente no necesita ni quiere pagar, ni que sea inestable, ni que necesite mucho hardware nuevo para funcionar, ni que tenga un modelo de seguridad "extraño", ni que haya problemas con los controladores, ni que sea increíblemente caro. Todo esto se solucionará a medio plazo. La estabilidad, el modelo de seguridad y los controladores se arreglan escribiendo código. Los requisitos hardware tan altos serán pronto superados por la bajada de precios y aumento de prestaciones de estos dispositivos. Y el precio será algo que la propia Microsoft tendrá que replantearse seriamente. Y si no vende lo acabará haciendo.

Y con este escenario, respondo a la pregunta del titular: ¿Sustituirá Linux algún día a los sistemas operativos de Microsoft?. Sí, rotundamente sí. Pero se tienen que cruzar una serie de hechos que aunque estamos muy cerca de algunos de ellos, otros no han llegado ni llegarán a producirse en menos de una década. Éstos son:
  • Que los usuarios tengan que pagar siempre por el producto. A medida que Microsoft vaya endureciendo sus sistemas de activación del software muchos usuarios, en masas de miles o incluso millones, tendrán que replantearse si comprarlo o cambiar a sistemas abiertos y gratuitos, o con otro modelo de negocio. Si bien es cierto que Microsoft está "acertando" en su política de precargar Windows en máquinas nuevas esto supone un incremento en el precio que muchos clientes quizá no están dispuestos a tolerar. Y poco a poco los grandes ensambladores están sacando líneas de máquinas sin Windows, con mayor o menor acierto. Y además...
  • El precio del software. A mayor complejidad más precio. A mayor complejidad más líneas de código, y mayor posibilidad de fallos e inconsistencias, luego más mantenimiento. Sin embargo descargarse una distribución GNU/Linux es casi gratis. Cuesta el ancho de banda que tarda en bajar y el CD que acabamos quemando. Y como la mayoría del software que lleva lo hacen unos señores sin cobrar por ello, o financiándose por otros medios independientemente de los beneficios obtenidos por copia, pues nos garantizamos que el software libre es y seguirá siendo gratuito.
  • Tiene que suceder un relevo generacional. Somos una generación Windows. Hemos nacido con Windows. Y cambiar cuesta. Sin embargo tenemos los conocimientos tecnológicos suficientes como para con un pequeño esfuerzo migrar a otros sistemas. Pero hay que planteárselo. Y volvemos al punto primero, en la mayoría de los casos. O al punto que viene a continuación, en otros.
  • Que Microsoft WIndows deje de ser la plataforma de juegos por excelencia. La eterna guerra entre la consola y el PC como plataforma de juegos se está dirimiendo en estos días a favor de las consolas, y cada vez aparecen para PC menos juegos, sobre todo en algunos géneros. Microsoft lo sabe, y planta cara con su Xbox. La aparición de tecnologías de juego que no se van a portar al PC en mucho tiempo, como la excelente Wii y sus wiimotes, el abaratamiento de los televisores gigantes y sistemas de sonido tridimensionales de salón, y la facilidad con que se piratean los juegos para PC, mayor que en las consolas, hace del PC una alternativa cada vez menos golosa para la industria del entretenimiento. Y si no salen juegos para PC no será imprescindible tener Windows instalado.
  • La libertad de elección de los escritorios, la confianza en sistemas en los que puedes saber exactamente qué está pasando en tu máquina, el "háztelo tú mismo", la potencia de personalización, el que todo lo tienes ahí, desde editores de textos a potentes entornos de desarrollo, modeladores 3D, editores de audio, de vídeo, gestores de bases de datos, servidores web, servidores de correo, etc. A medida que estos valores vayan tomando protagonismo en el usuario medio-avanzado éstos acabarán renunciando a Windows. Y cuando los usuarios ofimáticos no tengan al vecino usuario medio-avanzado que les instale Windows porque "yo ya no uso eso"... tendrán que pagar.
  • El soporte de la industria a GNU/Linux. Cada vez mayor. Recientemente la prensa especializada se hacía eco de la mejora en la calidad de los drivers para los chips de vídeo de Ati. Nvidia le llevaba bastante ventaja hacía tiempo. Poco a poco vemos que Dell, IBM, Sun, Oracle, etc. cada vez más apoyan al pingüino. Y cada vez más los vendedores de impresoras, scanners, y otros periféricos los embalan con el logotipo "Linux ready" impreso en la caja. Saben que es el camino a seguir. Habrá de dar más tiempo al tiempo.
  • La empresa no está dispuesta a pagar más por algo que no necesita. Tiene casi los mismos costes de formación enseñar a sus trabajadores a migrar a Gnome o KDE en lugar de WIndows Vista. Y si tenemos en cuenta que Office 2007 es totalmente distinto a versiones anteriores, con una cantidad de aprendizaje mayor que ninguna de las anteriores actualizaciones, quizá haya que probar el excelente Openoffice.org.
Resumiendo. GNU/Linux es ya la alternativa a MS Windows. Sólo hace falta que se cumplan los puntos anteriores, que Microsoft siga cometiendo errores, y alguno más que me dejo en el tintero, para que se invierta la tortilla.

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